Un Sueño (Sebastián Arias)

Un Sueño

Sebastián Arias (Servicio social estudiantil)

Un día del mes de mayo, caía una tremenda tormenta, empezaba a anochecer y un toro bramaba a lo lejos llamando a su pareja que caminaba alrededor del chiquero, donde el ternero blanco, acurrucado dormía esperando el amanecer.

De pronto un rayo cayó sobre un gran árbol incendiándolo; mis padres me dijeron que entrara, me acosté en la hamaca de mi padre. Dí varias vueltas para no sentir el frió que hacia. Cuando la hamaca dejó de moverse, yo me dormí y comencé a soñar: ví una vereda con lomas, colinas y cerros, llena de árboles que se mecían y que al inclinarse, me invitaban a entrar en esa mágica experiencia. Con perfumes que mi mente no podía describir por lo fantástico que eran, lo más raro era que había gran cantidad de guaduales.

Extrañado seguía pensando qué lugar era ese, cuando un pequeño ruido a unos diez pasos de mí, hizo que mirara a la derecha y, cuál no sería mi sorpresa, al ver una ardilla y un koala jugando con una fruta que yo no conocía. Dejaron de jugar y el koala dijo:

-No te asustes, ven con nosotros y conocerás el bosque.

Me llevaron a conocerlo, dando un pequeño paseo. Nos internamos en el bosque y se escuchaban toda clase de sonidos, se veía gran cantidad de animales por doquier.

La ardilla tomó la palabra:

-Estás en el antiguo bosque de guaduales; por eso vez muchos: cuídalos. Aquí hay animales para tu alimentación y no mates las hembras preñadas ni las que están criando, así no se acabarán.

Un golpe de la hamaca dado por mi madre me hizo despertar, para que me acostara en mi fría cama, al otro día muy temprano me desperté y al salir el sol, me asome por la ventana y solo vi lomas, cerros y colinas, la magia del bosque había desaparecido y con él todos los animales, solo me quedo el sueño que tuve .

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