Xundabé Ediciones 9º y 10º



Al hacer la décima entrega de ésta página, nos encontramos ya en el umbral de un año que ha sido importante para nuestro grupo de escritores, porque durante él, hemos podido aumentar los conocimientos literarios, que de una forma tan decidida y desinteresada han aportado nuestros jóvenes estudiantes que prestan su servicio social estudiantil en nuestro grupo de talleristas. A ellos dedicamos ésta, nuestra última entrega de este año que culmina; ya que a ellos debemos todos los logros obtenidos durante estos últimos doce meses.


Es pues el momento de los balances, que se hacen en la empresa, en el estudio, en la familia o a nivel personal, para determinar que tan bueno y fructífero o que tan malo y negativo fue nuestro desempeño durante los últimos trescientos sesenta y cinco días del año, y es también, el tiempo que dedicamos para hacer los buenos propósitos que realizaremos en el próximo año, del cual esperamos que nos traiga mejores oportunidades, o nos permita realizar nuevos sueños, y fortalecer los que con tanto empeño hemos logrado realizar en éste.


¡GRACIAS JOVENES ALFABETIZADORES POR SU APOYO INCONDICIONAL!

Y es que, hay años tan bellos, que los sentimos pasar por el corazón. Son años cargados de alegrías, de esperanzas. Son años que al recordarlos nos hacen sentir más jóvenes. Son años que no pasan, al contrario, pasan tan rápido que quisiéramos detenerlos, pues en cada vivencia nos encontramos sonrientes, felices. Y este ha sido para nosotros uno de esos años maravillosos que no quisiéramos olvidar nunca.

Pero, hay años que nos hacen sentir sin fuerzas, que nos debilitan y que deseamos que terminen muy pronto. Son años tristes, quizá con marcadas ausencias, quizá con un adiós que quedó grabado a fuego en la memoria, o tal vez con pérdidas tan grandes que hasta,
nos hacen sentir, que estamos perdidos navegando sin rumbo. Son años en los que pesa el dolor, la angustia, y en los que duele el pecho y un nudo nos aprieta la garganta.

Hay años que por ser tan lindos, guardamos como un tesoro el almanaque para recordarlo siempre, porque precisamente, nos han dejado los mejores recuerdos de lo mucho que esperábamos y logramos conseguir con nuestro propio esfuerzo y con entera satisfacción personal o colectiva.

Hay años que preferimos arrancar del almanaque para poder olvidarlo para siempre. La vida no es fácil a veces, cuesta enfrentar el dolor, cuesta mucho decir adiós a quien amamos, cuesta ver en la casa lugares que nunca pensamos que podrían quedar vacíos, cuesta mucho enfrentar la enfermedad y muchas veces nos cuesta aún más volver a comenzar, volver a levantarnos para seguir adelante; nos cuesta mucho despedirnos del lugar que habitamos durante tantos años y que el destino nos llama a dejarlo para continuar en otros lares.

Pero llega un nuevo año, la vida continúa y nunca sabemos qué hay detrás de tantas emociones, de tantos sentimientos, de tantas vivencias. Sólo debemos apostar con fe y esperanza, un futuro mejor y a una vida llena de muchas oportunidades de progreso, de prosperidad, de bienestar personal, familiar, de empresa, de grupos solidarios y de cooperación colectiva.

Por eso levantemos la copa y brindemos, deseando que cada burbuja explote y nos salpique con el verdadero amor de amigos, de padres, hermanos, compañeros de trabajo o de juego; con deseos de paz, felicidad y de todo lo lindo y maravillosos que todos nos merecemos, para seguir viviendo amable y dignamente con nuestros semejantes.

FELICES PASCUAS Y UN PROSPERO Y VENTUROSO AÑO NUEVO, LLENO DE AMOR, DE PAZ Y DE ALEGRÍA!!
SON DESEOS FERVIENTES DE “XUNDABÉ” TALLER DE ESCRITORES, PARA USTED Y TODOS SUS SEGUIDORES Y COLABORADORES.

Experiencia de amor..."dar y recibir"

EXPERIENCIA DE AMOR…
“DAR Y RECIBIR”
(Bernarda de Jesús Serna Cadavid)

En 1977 inicie mi práctica docente con el recuerdo de mis padres, quienes me dieron ejemplos de ayudar a otros y deseos de salir adelante. Encontré niños y familias enteras con vacíos académicos y personales, fue difícil vincular la escuela en sus hogares. Todo me dio pautas para proyectar y transmitir mis diversas habilidades en peluquería, pintura en tela y alfabetización, para que aquellos tuvieran un saber de subsistir y me dieran la oportunidad de conocerlos, compartir y ayudarles, a veces solo escuchando sus dificultades, con la plena seguridad de que al desahogarse aliviaban la carga que les impedía ser felices. Fue en Montebello, Escuela Nueva La Merced, donde inicie mis labores. Después de la jornada, entre 4:30 y 9:00 de la noche, me reunía con los padres que querían aprender. Ellos me ayudaban a ocupar el tiempo, llenar vacíos y sembrar la semilla del saber.

En 1999 fui trasladada al municipio de Girardota, a la vereda San Juan Cojo, institución educativa Olaya Herrera, donde seguí sembrando la semilla del saber y aprendiendo temas de salud mental, maestro líder, prevención de la drogadicción y otros, con el fin de ayudarme y ayudar en diferentes colegios, comunidades y en mi institución. Es de anotar también que las directivas me dieron la oportunidad de capacitarme en educación sexual, y en el programa “aprender jugando” del centro internacional de educación y desarrollo humano (CINDE). Con estos conocimientos planteaba proyectos y los presentaba, y con la ayuda de otras entidades, como Colcerámica o el municipio, que aportaron dineros o espacios, de los rectores y algunos compañeros, y en compañía de los padres de familia comprometidos o necesitados, lograba llevar estos proyectos adelante.

Todo lo anterior no ha sido fácil, a causa del cansancio, el reducido espacio, la acumulación de actividades, el poco cambio en algunos, la critica de mis compañeros que me decían “no se mate tanto, regalada, a usted no le pagan…”etc. pero seguía adelante planeando mejor mi trabajo, evitando preocuparme por pequeñeces, combinando actividades con mi vida personal, como ir a gimnasia, a yoga, aprender a masajear, asistir a grupos de autoayuda, en fin, todo esto fue de gran valor para seguir llevando la semilla.

En cuanto a mi capacitación profesional, obtuve la licenciatura en pedagogía reeducativa e hice un posgrado en gestión curricular, donde encontré pautas para mejorar mi vida personal, mi hogar, mi trabajo, y cambiar mi forma de pensar, de sentir y de actuar. Logré ser tolerante conmigo y con los demás, llené vacíos, logré seguridad y obtuve alegría, paz interior y desprendimiento emocional.

En lo personal, he notado la aceptación de mis compañeros. Algunos me felicitan por mi forma de ser y la ayuda recibida; también los padres de familia, que se sienten orgullosos de ver los cambios en sus hijos y sus hogares, que dejan atrás la pereza, la irresponsabilidad, los gritos, las peleas, y las inseguridades.

Los galardones recibidos como felicitaciones del distrito, botón de oro, placas, incentivos de $10.000.000 para la escuela, de $600.000 para mi, han sido maravillosos motivos de alegría, comprensión, reflexión y fortalecimiento. Estoy segura que cambiando una familia cambia una sociedad, y esto me da motivos para hablar del perdón, de ser positivos y de valorarnos.

Quiero expresar al ser superior, a mis padres, a mis hermanos, a mis hijas, a mis directores, compañeros, estudiantes y comunidad en general, un inmenso agradecimiento por permitirme escalar un peldaño más hacia la realización en el quehacer pedagógico, en este hermoso arte de enseñar, amar, compartir y ser feliz.

Dios los acompañe…..

Cómo instalar amor

COMO INSTALAR AMOR.
(Tomado de reflexiones)

CLIENTE: ¿si? ¿Estoy llamando al departamento de atención al cliente?
EMPLEADO: así es. Buenos días. ¿En que puedo ayudarle?
CLIENTE: estuve revisando mi equipo y encontré un sistema que se llama amor, pero no funciona. ¿Me puedes ayudar con eso?
EMPLEADO: seguro que si. Pero yo no puedo instalárselo; tendrá que instalarlo usted mismo, yo lo oriento por teléfono, ¿le parece?
CLIENTE: si, puedo intentarlo. No se mucho de estas cosas, pero creo que estoy listo para instalarlo ahora. ¿Por donde empiezo?
EMPLEADO: el primer paso es abrir tu CORAZON. ¿Ya lo localizaste?
CLIENTE: si, ya. Pero hay varios programas ejecutándose en este momento. ¿No hay problema para instalar mientras siguen ejecutándose?
EMPLEADO: ¿Cuáles son esos programas?
CLIENTE: déjame ver… tengo DOLORPASADO. EXE, BAJAESTIMAEXE, CORAJE.EXE, y RESENTIMIENTO.COM ejecutándose en este momento.
EMPLEADO: no hay problema. AMOR borrara automáticamente DOLORPASADO.EXE de tu sistema operativo actual. Puede que se quede en tu memoria permanente, pero ya no afectará a otros programas. Además: AMOR eventualmente reemplazara BAJAESTIMA.EXE con un modulo propietario del sistema llamado ALTAESTIMA.EXE. Sin embargo, tienes que apagar completamente los programas enunciados como: CORAJE.EXE y RESENTIMIENTO.COM. Estos programas evitan que AMOR se instale adecuadamente. ¿Los puedes apagar?
CLIENTE: no se como apagarlos. ¿Me puedes decir cómo?
EMPLEADO: con gusto. Ve al menú INICIO e invoca PERDON.EXE. Ejecútalo tantas veces como sea necesario, hasta que CORAJE.EXE y RESENTIMIENTO.COM hayan sido borrados completamente.
CLIENTE: OK…listo. AMOR ha empezado ya a instalarse automáticamente. ¿Es esto normal?
EMPLEADO: si. En breve recibirás un mensaje que dice que AMOR estará activo mientras CORAZON este vigente. ¿Puedes ver ese mensaje?
CLIENTE: si, si lo veo. ¿Ya se termino la instalación?
EMPLEADO: si, pero recuerda que solo tienes el programa base. Necesitas conectarte con otros CORAZONES para poder recibir actualizaciones.
CLIENTE: oh, oh…ya me apareció un mensaje de error. ¿Qué hago?
EMPLEADO: ¿Qué dice el mensaje de error?
CLIENTE: dice “ERROR 412-PROGRAMA NO ACTIVO EN COMPONENTE INTERNO”. ¿Qué significa eso?
EMPLEADO: no te preocupes, ese es problema común. Significa que AMOR esta configurado para ejecutarse en CORAZONES externos, pero no ha sido configurado en tu CORAZON. Es una de esas cosas técnicas complicadas de la programación, pero en terminos no técnicos significa que tienes que “AMAR” a otros.
CLIENE: entonces ¿Que hago?
EMPLEADO: ¿Puedes localizar ahora el directorio llamado “AUTOACEPTACION”?
CLIENTE: si, aquí lo tengo.
EMPLEADO: excelente, aprendes rápido.
CLIENTE: gracias.
EMPLEADO: de nada. Haz “clic” en los siguientes archivos para copiarlos todos en un solo directorio que será MICORAZON: AUTOPERDON.DOC, AUTOESTIMA.TXT, VALOR. INF. y REALIZACION.HTM. El sistema reemplazara cualquier archivo que haga conflicto y entrará en un modo de reparación para cualquier programa dañado. También, debes eliminar AUTOCRITICAS.EXE de todos los directorios, y después, borrar todos los archivos temporales y la papelera de reciclaje, para asegurar que se borre completamente y nunca se active.
CLIENTE: entendido. ¡Hey! MI CORAZON se esta llenando con unos archivos muy bonitos. SONRISA. MPG se esta desplegando en mi monitor e indica que CALOR.COM, PAZ.EXE y FELICIDAD.COM se esta replicando en todo mi CORAZON.
EMPLEADO: eso indica que AMOR esta instalado y ejecutándose. Ya lo puedes manejar de aquí. Una cosa más antes de irme…
CLIENTE: ¿Si?
EMPLEADO: amor es un software sin costo. Asegúrate de dárselo, junto con sus diferentes módulos, a todos los que conozcas y te encuentres……

Pensando en ella

PENSANDO POR ELLA.
Cristian Camilo Ruiz Arboleda. (Bachiller 2008)
(Servicio social estudiantil)

Sólo me imagino un día junto a ella, abrazándola, acariciándola, pero sobre todo, besándola. Cada vez se me hace más imposible, aunque a veces pienso que sólo me puedo conformar con verla.

Nunca le he hablado, cada vez que lo intento me tiembla todo, por el sólo hecho de pensar que me rechace. Yo la miro y cada vez me parece más linda que antes.

Cuando se nos cruzan las miradas, sus ojos brillan, y llego a pensar que se trata de una luz celestial. Hasta pienso que algún día tendré la oportunidad de conocerla, tratar una buena conversación con ella, pero no me atrevo. Sigo esperando la mejor ocasión, el momento adecuado para conocer su voz, que imagino debe ser toda una melodía.

En su forma de expresarse y la delicadeza con la que actúa, veo que es una mujer muy femenina y seria. Me imagino compartiendo los mejores momentos a su lado, y hasta pienso que no veré llegar esa oportunidad ; pero si llega, juro que no la voy a desaprovechar, haré todo lo posible por hacer realidad ese sueño, porque eso es lo que es, un sueño, el cual no saco de mi cabeza cada vez que me acuesto.

Pienso que me gusta pensar en ella para verla mejor cada día, o sólo dos días por semana.

Tal vez por mi timidez no la tengo a mi lado, y el desgraciado ése esta ahora con ella.

Mi único amor eterno

Para “XUNDABÉ” taller de escritores, es muy placentero saber que uno de los jóvenes que participó indirectamente con el grupo, es uno de los nuevos bachilleres de la institución educativa “Sebastián de Belalcázar”. Andrés Felipe Muñoz Rendón; hizo su aporte al grupo por medio de un amplio y significativo reportaje concedido al maestro y fundador, Marino Gaviria Vargas. Por medio de éste reportaje, los talleristas conocieron una historia de juventud muy emotiva y fructífera, que dio como resultado positivo el que algunos pacientes, que aún no se decidían a escribir, lo hicieran definitivamente.

Como una pequeña muestra de nuestro agradecimiento, publicamos un maravilloso cuento escrito por el estudiante en mención; que sabemos va a ser de su agrado. Sea esta también una manera de agradecerle y de felicitarlo por su resiente graduación.

MI UNICO AMOR ETERNO.
(Andrés Felipe Muñoz Rendón)
Colaborador del taller.

Desde lejos parecía una persona desconocida.

No le importa nadie, ni siquiera qué o quién esté a su lado. Pero lo más llamativo es su cabello, que entrelaza con su hermoso rostro y hace referencia de una cara angelical, la cual esta empeñada en poner atención a la persona a la cual esta hablando.

Solamente pude contemplar tal hermosura desde una distancia determinada, ya que hay muchas personas que nos separan y no hacen posible que yo me le pueda acercar para decirle; por un momento, “mírame, por favor, estoy aquí, no me ignores, contémplame así sea un momento, pero, por favor, mírame”

Lo más hermoso que ella pudiese decir, es llamarme por mi nombre, acercarse y darse cuenta que la persona que la ha estado observando, desde el momento de su entrada, es la persona que ha estado feliz y encantada de compartir con ella un noviazgo puro, lleno de seguridad y amor.

A veces se gana perdiendo

Para demostrar una vez más, cual ha sido la superación personal de los pacientes que asisten al taller de escritores, su recuperación anímica, sicológica y moral; tomamos una bella reflexión, que nos parece muy adecuada para superar todo tipo de dificultades, por graves que puedan parecer. No es un tropiezo en la vida, para quien tiene como ejemplo la vida, pasión y muerte de Jesús y por supuesto del papel que como madre del Salvador y madre nuestra; corredentora por excelencia fue María.

Quienes hemos padecido la enfermedad, llamada catastrófica, nos hemos dado cuenta que no ha sido un obstáculo, para seguir adelante, buscando nuevas y mejores metas que nos permitan dar ejemplo y dejar un buen legado de experiencias de vida. Sin más preámbulos, damos paso a esta reflexión.

A VECES SE GANA PERDIENDO.

Hace mucho, mucho tiempo, dos monjes: uno Budista y otro cristiano, caminaban por las grandes montañas del Himalaya hacia un monasterio que aún les quedaba muy lejos. Era el más cruento invierno.

Caía la tarde y una tormenta de nieve les envolvía amenazándoles con congelarlos. De pronto, oyen el grito de un hombre caído abajo, entre las malezas de un precipicio y estaba pidiendo ayuda por favor. El monje cristiano quiere bajar a echarle una mano para socorrerlo. El budista razona diciendo que la noche ya está encima, que la nieve no cesa, que el esfuerzo será en vano y que puede que hasta los tres pierdan la vida. Por otro lado piensa que Dios ya decidió el destino del caído.

El monje budista siguió su camino solo y el cristiano bajó hasta donde estaba el hombre que además de herido, se estaba congelando. Le envolvió en una manta; le cargó atándole a sus espaldas y emprendió la subida. El peso del herido le hacía sudar; sin embargo logró subir al camino y emprendió nuevamente su marcha. Después de muchas horas de camino, divisó las luces del monasterio y ya le quedaba muy poco para llegar. Tropezó con algo oculto entre la nieve, lo desenterró y aterrorizado vio que era el cuerpo helado y muerto del monje budista, que quiso salvar su vida y cayó congelado por la nieve y el egoísmo.

Pasaron los años y alguien le preguntó un día a este misionero: ¿Cuál es la tarea más difícil en la vida? Él, contestó: “lo más difícil para mí, es no tener ninguna carga que llevar”. Ningún dolor que soportar, ningún problema que afrontar, ninguna cruz que cargar, ninguna persona a quien escuchar, ayudar y amar, ningún defecto que superar. Por más que he buscado no he encontrado otra explicación más clara y desafiante que las palabras de Jesús: “Quien entrega su vida por los demás, la salva”. Quien la guarda demasiado, la pierde. Pero sólo el amor por Cristo que dio su vida por mí, me puede motivar a vivir su palabra.

……………………………….
Es importante reconocer que nuestros escritores. Pacientes todos, queremos darnos de manera plena a contribuir en el acompañamiento y recuperación de quienes por las circunstancias del destino, se han visto, invadidos por una enfermedad tan difícil de aceptar. Pero por eso estamos aquí; para apoyarlos, tanto a ellos como a sus familiares, para decirles que Dios está con nosotros, que no por estar en esta situación, nos ha abandonado; por el contrario: nos ha dado una nueva oportunidad de reivindicar nuestro diario trasegar por el mundo, para el servicio de todos nuestros semejantes; y de nuevo recordamos que:” EL DOLOR: NO ES EL AZOTE DE DIOS QUE NOS CASTIGA; ES LA MANO DE DIOS QUE NOS REDIME”.

Despedida de bachilleres 2008

Por alguna situación que se presentó el día de la graduación, el joven encargado de dirigirse en discurso de despedida a sus compañeros y a la institución educativa, no lo hizo; se limitó a dedicar su titulo de bachiller y el de todos sus compañeros a los padres de familia y a los educadores.

XUNDABÉ, taller de escritores, no quiere dejar pasar por alto este significativo discurso, que sabemos fue hacho con la dedicación merecida de nuestro joven bachiller: Cristian Gaviria Rueda; quien fuera el primero de los alfabetizadores, que nos dio su valioso tiempo, para orientarnos acertadamente en nuestro intento de convertirnos en asiduos escritores de manera empírica, y que con su aporte hemos logrado muchos éxitos, sin dejar de reconocer que durante los tres años de fundado el taller, ya han sido catorce los estudiantes que han prestado su servicio social estudiantil, además de otros que de manera indirecta, también nos han colaborado eficazmente.


DESPEDIDA DE BACHILLERES 2008
(Cristian Gaviria Rueda)
Distinguidos miembros de la mesa principal.
Madres y Padres de Familia.
Demás invitados especiales.
Compañeras, Compañeros de grado:

Ha llegado el tan anhelado día, de culminar una nueva etapa de la vida, con nuestra graduación como los nuevos bachilleres. Este día con el que comenzamos a soñar, desde el mismo instante en que iniciamos el preescolar y desde entonces, hemos caminado paso a paso por los senderos del aprendizaje y del saber.

Durante doce años crecimos juntos en la Institución, compartiendo logros y dificultades, que con la orientación de nuestros padres y educadores aprendimos a sortear, para convertirnos en personas, con una nueva visión hacia el futuro, tanto intelectual como laboralmente. Hemos aprendido a valorar y a valorarnos y comprendimos lo que es el respeto por la naturaleza en todas sus formas, la solidaridad hacia los demás y lo significativo que es saber hacer patria desde el corazón de la familia, para lograr una sociedad cada vez mejor.

¡Lo hemos logrado!. Pero, no es solo nuestro esfuerzo, ha sido el esfuerzo de muchos junto a nosotros. Es por eso que hoy, cuando nos despedimos de nuestra amada Institución educativa, de los salones donde nos formamos intelectual y moralmente, de los pasillos donde compartimos tristezas y alegrías, de sus jardines que nos regalaron el delicado aroma de las flores y el verdor de sus prados y que hoy miramos con inevitable nostalgia, pero con profundo sentimiento de gratitud por habernos albergado todos estos años; es el momento de dar gracias a todos y cada uno de los que nos brindaron todos estos años maravillosos de la vida.

A Dios, por dotarnos de la suficiente inteligencia para asumir con responsabilidad las tareas del aprendizaje para alcanzar este logro, que nos debe de llevar a metas más altas y concretas.

Gracias a los Coordinadores y directores de grupo, que con dedicación supieron guiar nuestros pasos y que junto a los demás docentes de las distintas áreas, nos aguantaron, nos comprendieron y supieron orientarnos por un camino lleno de sabiduría, que a cada paso nos impuso un nuevo reto en el aprendizaje para salir adelante; a ellos, que a todo momento nos mostraron su verdadera vocación de ser maestros: una y mil gracias por sus consejo, cuado los necesitamos, por sus llamados de atención cuando por una falta, siendo justos lo merecimos, con eso, nos demostraron que saben ser unos segundos padres y que siempre desean lo mejor para sus educandos.

Gracias a nuestros queridos padres, que salvando dificultades con grandes esfuerzos, siempre estuvieron pendientes de acompañarnos en el diario caminar hacia el cumplimiento de nuestras obligaciones, para que después de escalar grado tras grado, pudiésemos llegar hoy, a ver realizado uno de los primeros sueños de la juventud.

No podemos dejar de dar gracias a quien desde el principio, tuvo en sus manos el registro al día, de cada paso que dimos en la institución: Doña Ligia González, que desde su puesto de Secretaria, nos enseñó el cuidado que se debe tener en la presentación de los documentos en regla, según el trámite que se debe realizar. Su exigencia en esta labor, hace más grande a la Institución.

Compañeras, compañeros de grado:

Gracias a ustedes, por la amistad incondicional que me brindaron; porque con ella nos apoyamos mutuamente, cuando por alguna circunstancia necesitamos de una mano amiga, de una voz de aliento o de una simple sonrisa. Hoy, que nuestras vidas tomarán rumbos diferentes, seguramente nos vamos a extrañar, pero siempre conservaremos la certeza de que nunca nos vamos a olvidar de que durante muchos años fuimos compañeros, que estuvimos juntos y que hoy, juntos nos graduamos.

Directivos y profesores, compañeros:
¡Hasta siempre!

El sueño eterno

EL SUEÑO ETERNO.
(Jaqueline Tamayo Doria)

Noté el brillo de sus ojos en un resplandor de luz, y sus ojos miel envolvieron mi corazón en un desesperado latir. No sé qué pasó en ese momento. Sólo puedo decir que fue como aquel sueño eterno del que ahora no deseo despertar.

Me atrapó. Sus labios rojizos recorrieron mi piel canela y sus cabellos dorados, aquellos adornaron la hermosa fase de su rostro. Sus suaves manos acariciaron mi piel entre sábanas blancas, y envueltos en lujuria, desembocamos la pasión de ese deseo que no pudo contenerse.

Historia de un turpial

(Marino Gaviria Vargas) Paciente.


Un turpial, que calló ya su canto,
sólo porque a su amada perdió;
ya no vuelve a cantar en el árbol,
donde un día su nido formó.

Una historia tan bella como ésta,
del amor que existía entre los dos;
el turpial está muy triste ahora,
porque ya su amada lo dejó.

El turpial de la historia era alegre,
él, cantaba siempre su canción;
hoy lo miro en las ramas muy triste,
solo quiere cantar su dolor;

Solo quiere pensar en aquella,
la que por cruel destino se fue;
lo dejó tan sólito en el mundo
y no quiere volver a querer.....

Muy triste el turpial está ahora,
y su amada ya no volverá
y la rama del árbol se seca,
porque ella no vuelve jamás

Y el pobre, ya se está muriendo,
recordando aquel gran amor,
el turpial de la historia está triste
y ahora se muere de amor.....

Esta historia, recuérdenla amigos,
como triste recuerdo de amor,
recuerden, que el que se las cuenta,
también quiere cantar su dolor;

El turpial ya murió de recuerdos,
los recuerdos del amor que se fue,
me contagia su amarga tristeza
y yo muero de pena también.

Aquella tarde

AQUELLA TARDE.
(Marino Gaviria Vargas) Paciente.


Una rosa corté y la lluvia caía,
después que la corté, la flor se me moría;
con lo bella que estaba te la iba a llevar,
como tú ya no estabas, la empecé a deshojar.....

Pero no imaginaba, que al destruir la rosa;
yo borraba el recuerdo, de una niña preciosa,
comencé a recordar, cuando te conocí,
una tarde como esa, yo no he vuelto a vivir.....

Y todos los domingos, cuando miro el rosal,
te recuerdo mi niña, no te he vuelto a encontrar,
siempre tengo presente, que no puedo olvidar;
la tarde de verano, que jamás volverá.....

El rosal no florece, desde el domingo aquel,
que llegaste a mi casa y regaste el jardín,
las rosas no florecen, porque no estás aquí
y una tarde como esa ya no he vuelto a vivir.....

Humanidad

H U M A N I D A D
(Marino Gaviria Vargas) Paciente.

Viendo muy de cerca, cómo tomaba posición en el puesto que le fue asignado en el momento, no pensaba más que en acercármele para preguntarle cualquier cosa, que más por curiosidad, que, a manera de información, uno suele hacerle a una persona, como para entablar una buena conversación, pues así, casi siempre, nace una bonita y permanente amistad. Esa fue, la verdadera razón de mi acercamiento. Después de indicarle todo lo que debía de hacer y hasta donde podía desplazarse momentáneamente, sus superiores se retiraron hacia otro lugar donde se encontraba otra unidad de acompañamiento y aproveché entonces el momento, para acercármele de nuevo y así tratar de distraerme un poco, ya que esa tarde me había sentido muy solo; pues en medio de mi obligado silencio y ante la dificultad para pronunciar las palabras, no suelo hablar con mucha gente..... Pero esta tarde encontré una muy agradable sorpresa. Cuando traté de saludar con una leve inclinación de mi cabeza, escuché que muy amablemente me dijo: ¡buenas tardes!; a lo que, con una gesticulación de mis labios, intenté responderle. Fue en ese mismo momento cuando me tendió su mano con seguridad, con tan absoluto respeto y confianza, que me hizo sentir una satisfacción tan grande de habérmele acercado, que quedé plenamente complacido. Antes de que yo pudiera tratar de demostrar algo, ya se había dado cuenta de que no podía hablar normalmente por lo que, con un poco de compasión,(al menos así lo noté a mi manera de ver su reacción), pero con seguridad absoluta me preguntó, que por qué causa, únicamente modulaba la palabra pero el sonido casi no me salía, a lo que le respondí de la mejor manera posible, contándole detalladamente, que a raíz de una cruel enfermedad tuve que ser operado de la garganta y que me encontraron tan mal los médicos, que fue necesario practicarme una laringectomía total y que por eso no podría volver a hablar normalmente.


Embelesado en contemplar su rostro me di cuenta que en sus trigueños ojos tristes, su mirada serena reflejaba en su fondo, la tranquilidad de estar cumpliendo cabalmente su deber. Esa misma mirada atenta a cualquier movimiento en torno del evento que se llevaba a cabo en el lugar, era la misma que anunciaba, que en su corazón joven, no se asomaba un mínimo rastro de maldad o picardía. Por el contrario, expresaba el valor de ser tolerante, servicial y una disponibilidad total de solidaridad con todo el mundo. Así lo demostraba en cada ocasión que se le presentaba, tanto con los niños como con los ancianos, hasta conmigo mismo y eso fue lo que más me llamó la atención de tan noble personalidad. ¡Qué ojos! Solo expresión de amabilidad, firmeza y sinceridad; sin nada de malicia, ni siquiera de ingenua picardía, lo que hacía continuamente que mi admiración fuera mayor hacia ese ser tan amable, que por cosas de la vida o simplemente por los gajes de su oficio avíame encontrado en tan especial tarde, en la que como dije antes me sentía solo y que llegó para alegrarme un poco, desvanecer la tensión que atravesaba por mí en esa ocasión y transportarme hacia mis años mozos del colegio; cuando todo era alegría y diversión, pero con la mente bien puesta en mis estudios. Seguimos platicando de mi enfermedad; de cómo había superado esa crisis tan difícil, cómo me defendía en mi trabajo y mi admiración crecía cada vez que le preguntaba algo o yo le respondía, ya que su tierna mirada me daba a comprender la sinceridad de sus palabras, que suaves y sonoras con deleite yo escuchaba. ¡Que tarde tan agradable! Y eso que por instantes tenía que retirarse de mi lado para poder atender sus obligaciones del momento y por ese gesto de responsabilidad y cumplimiento del deber, sus superiores no tuvieron por qué llamarle la atención. ¡Con qué diligencia y dignidad cumplía su labor! ¡Cómo demostraba su buena formación intelectual, moral y disciplinaria!. ¡Qué maravilla de persona!. ¡Cómo me agradó ese encuentro tan repentino y circunstancial!.


Reparé que su riza, era encantadora y contagiosa. Una sonrisa tan agradable y dulce, que resaltaba con una dentadura tan blanca como la nieve, tan bien elaborada naturalmente, cual si fuera de porcelana; tan fina como el diamante, tan uniforme como ninguna en mi vida había visto en persona alguna. Nos separamos un instante, porque su deber así se lo exigía y yo por supuesto, también debía estar pendiente de mi puesto de trabajo. Sin embargo, desde esa distancia sentía que me seguía mirando y cuando levantaba mi cabeza para ver donde estaba, me encontraba con esa mirada tierna y amable como queriendo saber mucho más de mi vida y de la misma manera yo trataba de responderle; hasta que nuevamente volvimos a juntarnos tanto, que pudimos reanudar nuestra charla. Me preguntó, si en alguna época había sido fumador y si esa era una de las causas de mí ya, afortunadamente, superada enfermedad, a lo que le respondí detalladamente, cómo se me había desarrollado tal mal. Creo que me expresé bien, dentro de mis limitaciones, porque me escuchaba muy atentamente y siempre mirándome a la cara. Es la manera más fácil de entenderme, porque cuando el sonido no me sale del pecho, la mera forma de gesticular y modular, hace que la palabra sea completamente entendible, aunque no pueda oírse en su totalidad. Así me lo expresó personalmente diciéndome, que me admiraba por la forma tan exacta como me desenvolvía para hablar y resaltó lo importante que es, que quien me escuche, no coloque solo el oído, sino que me mire muy fijamente a los labios para evitar que se pierda una palabra y así no exponerme al esfuerzo de tener que volver a repetir. Fue entonces cuando me dijo: “me doy cuenta de lo grato, que puede ser hablar contigo”. Me hizo sentir perfectamente recuperado, de mi capacidad de hacerme entender, a pesar de mi limitación para hablar normalmente.


Gritos, cantos, bailes, algarabía del público que poco a poco se iba aglomerando en torno a la celebración cívica, cultural y religiosa de esa tarde soleada. Todo era alegría. Los mayores, con el grupo de danzas de la tercera edad, los niños; que participaban con fono mímicas, cantos y bailes de todo tipo. Sin embargo, nosotros dos seguíamos conversando de todo un poco, de acuerdo a como el tiempo, mis clientes y sus quehaceres nos lo permitían. Yo seguía reparando en su rostro, la calidad de personaje que era y aunque los niños molestaban, por el ambiente de fiesta que se vivía en el momento, no perdía la calma y con su voz suave pero firme, exigía, que estos se retiraran haciendo un gesto, más bien de disculpa que de enojo. Es increíble que con tanto alboroto que había, se pudiera guardar la calma. Pues bien; me demostró que sí se puede. Me pareció que disfrutaba del evento, aunque no podía participar en él, ya que su presencia allí, únicamente obedecía a la parte organizativa del festejo y nada más. Pero lo disfrutaba. Eso se podía notar en su manera amable, alegre, cortes y humana con la que hacía escuchar su voz a los demás y en la forma como le obedecían al momento. Y aunque no era habitante permanente del barrio, su manera de ser y de expresarse, le hacía actuar a la gente como si le conocieran de toda la vida. Hubo algunos momentos de silencio, pero luego se acercó nuevamente a mí para preguntarme por el tiempo que llevaba viviendo en el barrio y en qué sitio exacto de allí, era mi lugar de residencia. Le respondí, de manera que no se incomodara por mi respuesta casi silenciosa, debido a la discapacidad oral y afortunadamente logré hacerlo. Su preocupación más grande hacia mí era por creer que mi esfuerzo para hablar era mucho, pero le di a entender de inmediato, que por el contrario, esa era una muy buena terapia y la única y mejor manera de lograr superar cada vez más en la buena pronunciación y que el sonido emitido, por supuesto, cada vez fuera más claro y audible para los demás.


A ratos parecía que la tarde soleada de aquél día se entristecía y las nubes más oscuras, en el azul del cielo se interponían entre este y la tierra, era como si fuera a llover, pero con el viento que soplaba a intervalos, éstas volvían a retroceder y de nuevo el sol y el clima de ese día regresaba a un ambiente muy agradable. En la calle, el estruendoso bullicio de la música, emitida por el equipo de sonido que a todo volumen se dejaba escuchar, e invitaba también a que toda la comunidad del barrio, se integrara a los diferentes actos que se realizaban; poco me interfería en contemplar un rostro amable que permanentemente reflejaba felicidad, paz, tranquilidad; me conmovió tanto, hasta hacer que otra vez me le acercara para hacerle de nuevo unas preguntas: ¿Acaso usted, siempre es así? ¿Usted, no conoce la tristeza ni el aburrimiento?. Y su respuesta fue tan certera que me puso a meditar profundamente, pues se refirió en términos tan sabios y seguros, que me llenaron de valor para seguir intentando mi recuperación. Su respuesta fue: “la tristeza, al igual que la alegría son estados del alma. Si uno aprende a manejarlos, todo es equilibrado. Si te encierras en la tristeza, te desplomas completamente, por el temor de que la felicidad ya no existe; pero si a esa tristeza le pones un poquito tan siquiera de ánimo y tratas de equilibrarla con ese mismo ánimo por pequeño que sea; veras que no es tan grave, entonces encontrarás que así es como tomas cada instante de tu vida. Si a la tristeza, le sumas alegría y no te dejas llevar por el pesimismo, sabrás que tu mente está capacitada para superar cualquier dificultad”. O sino, dime, me preguntó: ¿Con lo que te pasó al perder tu voz natural, se nota que aún tienes porqué y por quienes seguir viviendo y luchando en el mundo, no es así?. Sí, le respondí. ¡Por eso!, continuó; Por que a pesar de todo, le has puesto animo a tu problema y has entendido, que siendo cosa tan cruel; con tu manera de actuar, tú mismo has hecho que no lo sea. ¿No es así?. Claro. Tienes toda la razón, le contesté, agradecido por su manera de hablarme: tan amable, tan realista, tan convincente que me hizo sentir que a pesar de todo lo que a uno le pase: vale la pena vivir.


Reímos en coro mirándonos fijamente a los ojos. Su mirada se clavó en la mía, como hablando interiormente cada uno, pero no por eso dejamos de conversar, si no, en las ocasiones en que debía retirarse un tanto, no más de cinco o seis metros, para controlar el espacio asignado por sus superiores, regresando prontamente para continuar con nuestro dialogo. Volvió a mirarme tan bondadosamente como pidiéndome supiera disculparle por lo que me iba a decir y así, con voz suave y tierna, comentó: acabando de conocer tu situación, me pregunto qué puede ser más difícil: perder la voz o la vista. Y otra vez me sorprendió con la reflexión que hizo de inmediato: “La soledad y el silencio, te brindan siempre, la oportunidad de meditar profundamente y reencontrarte contigo mismo, contemplando tanta maravilla que hay a nuestro alrededor; pero la oscuridad y la soledad juntas te causan miedo y no te dejan admirar la belleza que puede haber a tu alcance”. En sus palabras, no había el menor rastro de compasión o de lástima hacia mí y eso me agradó muchísimo; respiré un aire más bien de aliento, pues con su mirada, me contagió esa alegría de sus ansias de servir a los demás. ¡Qué solidaridad!. En los ratos en que me quedaba solo, me decía a mí mismo: Sus padres deben sentirse orgullosos. Si yo, que apenas acabo de tener tan grato encuentro, me siento tan halagado con esa personalidad de ser tan especial, amable e inteligente; ¿cómo no lo serán sus padres, que tuvieron la fortuna de tener tan gran tesoro?. Porque eso es lo que pude observar: un ser humano con sentido de tolerancia y humildad, de servicio y solidaridad, de inteligencia y respeto por lo que hace. Se ganó toda mi admiración y simpatía por su generosidad y esa su forma tan especial de tratar a los demás, de obedecer a sus superiores, de secundar a sus compañeros en el evento de esa tarde. No estoy describiendo a un ser divino o sobrenatural; estoy hablando simplemente de un ser humano común y corriente, con sus defectos y debilidades tal vez, pero que hoy, únicamente a dado a conocer sus cualidades y fortalezas.


A veces, (yo diría, que muy pocas veces), uno encuentra personas así. Cómo se nota que no “sufre” de egoísmo; no escatima esfuerzo por servir sin distinción alguna. Cómo se ve, que no se apega a nada, que lo suyo, es de todos, que su vida gira en pos del servir a sus vecinos; cómo demuestra su responsabilidad, su entereza, su respeto y su esmero por el trabajo asignado. Solo encuentro palabras de agradecimiento y de admiración, ante singular encuentro. En medio de tanta algarabía, no me di cuenta en qué momento, sus superiores reunieron a todo el personal, (aproximadamente eran diez o doce, quienes componían el grupo); esto sucedió, un instante antes de que el sacerdote llegara a celebrar la acción de gracias por el evento que se festejaba. Tal vez, fue por lo pronto del llamado que no me dijo nada, ni se despidió de mí, ni de ninguno de quienes nos encontrábamos más cerca. Cuando me di cuenta, fue demasiado tarde, ya no estaba. Ya todo el grupo había abandonado el evento y tampoco supe por donde se fueron y qué medio de transporte utilizaron; lo único cierto era que ya no estaba y quien sabe si nos volveríamos a ver. Tal vez, por alguna remota casualidad, algún día, nos volvamos a encontrar, cuando no tenga puesto un uniforme y pueda disponer de mucho más tiempo, para que podamos conversar más extensamente y con más despacio. En mi obligado silencio, quede profundamente admirado, con tan magna gentileza. Qué distinto fuera el mundo, si en vez de tanta descomposición social que hay, existiera más gente así con tanta calidez humana, con tanto poder de demostrar con hechos, que sí se puede vivir en paz con uno mismo y con los demás, cuando se quiere y mucho más cuando se ha vivido así, tan solidariamente. No me cansaré de recordar este espontáneo y singular encuentro. No me cansaré de divulgarlo y ponerlo como ejemplo, sobre todo a la juventud de hoy, que en medio de tanta zozobra y descontento se levanta, por la falta de cultura y de respeto, de educación y tolerancia; por la falta de una buena educación ética y moral como la que acabo de conocer. Pero.....qué raro. ¡Cómo se me olvidó preguntarle su nombre!. Tampoco me preguntó el mío. Hubiera sido lo más normal, pero no fue así. Tan solo recuerdo que en la parte superior del bolsillo derecho del chaleco que elegantemente lucía, se leía en letras más oscuras que el color de su uniforme, y por supuesto, deduje que era su apellido: “VERGARA”.



Es importante y muy grato para “XUNDABÉ”, taller de escritores, resaltar la labor de los estudiantes que han pasado por aquí. Es el momento de felicitarlos por sus grados de bachiller que acaban de recibir y de manera muy especial recordar sus nombres y el año en que prestaron sus servicios al taller. Son ellos, en su orden:
Cristian Gaviria Rueda, durante el año 2006.
Bryan José Crespo García, año 2007.
Jonathan Eduardo Álvarez Arteaga, año 2007.
Sebastián arias, durante el año 2007.
Bryan Ríos Merino, durante el 2007.
Danny Cristian Avendaño Galeano, año 2008.
Cristian Camilo Ruiz Arboleda, año 2008.
Karen Julieth Montoya Arango, año 2008.

Pero también de manera indirecta, pero con mucho entusiasmo y efectivamente, contribuyeron con nuestra formación literaria, los también, estudiantes de la misma Institución:
Andrés Felipe Muñoz Rendón, en 2008.
Edgar Fernando Ramos Avendaño, en 2008.
Estos jóvenes nos aportaron valiosos conocimientos por medio de sus reportajes concedidos a nuestro grupo.

Sea esta la oportunidad de felicitarlos por sus grados, y recordarles nuevamente que jamás los olvidaremos y que siempre los llevaremos en nuestro corazón, como unos verdaderos maestros que fueron para con nosotros.
FELICITACIONES JOVENES BACHILLERES