Quinto acto

Ana Inés Valencia (paciente).

Llegaron así como familia que rezaunida. Se sorprendieron al encontrar las puertas del teatro cerradas y pensaron que había una desinformación acerca del comienzo de la hora del espectáculo; desinformación de la cual, se culparon unos a otros. Un somero aviso anunciaba que luego de comenzada la obra, solo se permitía el ingreso a la sala, en el descanso anterior al quinto acto.

La mesa del bar a donde decidieron ir a pasar el tiempo de espera, se llenó de canelazos que encendieron los ánimos y, sin mucho desafuero, se generó una discusión acerca del programa del festival de teatro. Pusieron mucho énfasis en la necesidad de llegar puntualmente, de lo contrario: cadaunoporsulado.

La temperatura baja se mejoró con un buen puesto al lado de la chimenea, pero el estado del tiempo no, y aguaceroventiado obligó el cierre de las puertas, esta vez del lugar en el cual se habían refugiado. El mesero con sonrisaflordelabios, pidió el favor de juntar un poco las mesas, para permitir la ubicación de las últimas personas en entrar al establecimiento, que para el momento había copado su capacidad. Familiaunida, aceptó la sugerencia. La proximidad con los recién llegados, les permitió enterarse de que estaban en circunstancias similares. -Eran cinco personajes en busca de autor- y su tema también era la culpa. Una expresión violenta de uno de ellos, condujo a que quien tenía la palabra se saliera de casillas. Hubo crujir de dientes. Todos los componentes de la noche quedaron involucrados. Sonrisaflorde labios hizo un llamado a la cordialidad y motupropio se ofreció como moderador para lo que seguía un gran debate. Pasó el tiempo. Se oyeron diferentes puntos de vista, se analizaron con vehemencia, algunos, pero otro momento de tensión llevó al administrador, oportunamente, a ofrecer una copa demás, lo cual condujo a un súbito estado de calma con una conclusión unánime: -CULPABLES SOMOS TODOS-.

Sonó la música. Todos salieron a bailar, cada uno por su lado y, el ardor de la chimenea tuvo su máximo esplendor, cuando por allí entró una intensa luz, seguida del estruendoso sonido de un rayo. Se detuvo el tiempo, llegó el silencio, la oscuridad, la noche, hasta que a manera de exmaquina cayó del techo una cuerda, por donde descendió la Victoria Alada y estableció el orden. Sonrisa flordelabios, sin la muestra de la más mínima preocupación, se levantó y les dijo: Señoras y Señores: La obra ha terminado. Pueden retirarse. Las puertas del lado de atrás están abiertas. Salieron todos, cadaunoporsulado.



El jueves veinte de Marzo del año dos mil ocho, el periódico El Tiempo, publicó en su primera página, lo siguiente:

El XI Festival Iberoamericano de Teatro de Bogotá, informa:

Por fuerza mayor y debido al temporal ocurrido en el día de ayer, nos vimos en la obligación de cerrar, intempestivamente, el teatro Faenza, por inundación.

Solicitamos al público acercarse a las taquillas, para entregarles nueva boletería, o en su defecto, la devolución del dinero.

YOFANNY.

ANAINESVALENCIA. Marzo treinta y uno, del dos mil ocho.
Medellín, cerrado.

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